Una introducción al derecho civil y mercantil alemán

Calidad, garantía de derechos, seguridad jurídica. Estos son algunos de los términos esenciales cuando se trata de calificar al derecho alemán. Y constituyen, a su vez, herramientas determinantes para el desarrollo social y el éxito económico.

Es por ello que el derecho alemán se configura como una ventaja competitiva para los emprendedores, ya que asegura la ejecución rápida y eficaz de las resoluciones judiciales.

Junto con la efectividad en la ejecución de las resoluciones judiciales, el arbitraje constituye otro de los mecanismos destacados en la solución de conflictos. Y todo ello culmina con una organización administrativa eficiente y una infraestructura legal que garantiza la seguridad jurídica antes mencionada.
El derecho alemán se enmarca dentro de los sistemas continentales de derecho fruto del proceso de codificación, destacando la siguiente legislación en el ámbito del derecho de los negocios:

  • El Código Civil (Bürgerliches Gesetzbuch, conocido como BGB) contiene normativa sobre formación, aplicación y cumplimiento de los contratos, así como los principales tipos contractuales presentes en las relaciones entre entes de carácter privado.
  • El Código de Comercio (Handelsgesetzbuch, abreviado como HGB) regula las relaciones en las que intervienen comerciantes y sociedades mercantiles, y las normas contables referentes a balances y cuentas de pérdidas y ganancias, entre otras.
  • La Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada (GMBH-Gesetz) y la Ley reguladora de las Sociedades Anónimas (Aktiengesetz) se ocupan de las principales formas societarias presentes en el tráfico jurídico alemán, sin perjuicio de la existencia de otro tipo de sociedades.
  • La Ley de Competencia Desleal (UWG) prohíbe la publicidad engañosa y la competencia desleal.

La importancia de estos textos legales, consecuencia de la codificación, radica en la seguridad que proporciona al ordenamiento jurídico el hecho de establecer unas bases y principios que guíen las relaciones jurídicas, así como suplir, en algunos casos, la ausencia de pactos entre las partes contratantes.

Un derecho de aplicación individualizada

La codificación a que hacíamos referencia permite la existencia de unos principios básicos que guíen la actuación de las partes en la celebración de un contrato, lo que aporta ventajas cuando se trata de interpretar las cláusulas de un contrato, sobretodo en lo concerniente a la seguridad jurídica.

Distinto de lo que pudiera parecer, ello no supone una merma de la libertad contractual, sino que contribuye a garantizar que en aquello que no haya sido pactado por las partes regirá la ley. El resultado es un ahorro de tiempo y de costes para las partes.

Una de las manifestaciones relacionadas con ello la encontramos en la regulación del contrato de compraventa, en concreto en la Convención Internacional de Naciones Unidas para la compraventa internacional de mercaderías, que ha recibido una gran influencia de la normativa alemana en la materia, principalmente en lo que se refiere al estudio de las resoluciones de los tribunales alemanes, resoluciones que a menudo son citadas en otros estados.

En referencia a las normas reguladoras del contrato de obra, por ejemplo, el derecho alemán ya aporta gran cantidad de elementos que deben regir la actuación del redactor del contrato, tomando como interés el de ambas partes. Por tanto, no es necesario que las partes pacten todos los detalles relacionados con el tipo contractual, puesto que el Código Civil y el Código de Comercio ya se encargan de realizar esta tarea.

Un apunte sobre los expertos en derecho en el sistema alemán: Abogados, Notarios y Jueces

Los abogados en derecho alemán son profesionales independientes que asisten y representan los intereses de sus clientes ante los tribunales, con presencia obligatoria ante los altos tribunales del Estado.

Destaca la existencia del llamado Fachanwalt o abogado especialista en una materia determinada, cuya especialización requiere de una preparación y examen previo.

Las notarías y notarios son públicos y dependen del Ministerio de Justicia. Actúan de forma independiente e imparcial para garantizar el equilibrio entre las partes y el cumplimiento de las leyes.

Los jueces actúan con imparcialidad y únicamente sometidos a la Ley y a su conciencia. Dirigen el curso del procedimiento y aseguran una rápida y efectiva función jurisdiccional.